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LAS CHICAS DEL CABLE

¡¡Hola cariñetes!! ¿Cómo estáis? ¿Cómo va el verano? Yo ya estoy tachando días en el calendario para mis ansiadas y bien merecidas vacaciones, ¡que este año me las he ganado!

¡¡Vaya que sí me las he ganado!! No sé si sabéis lo que es trabajar y estudiar una carrera a la vez... pero para los que no lo sepáis, ¡¡es un horror!! Tu vida social desaparece por completo y el poco tiempo libre que tienes, lo dedicas a estar pegada al ordenador estudiando o haciendo trabajos.

Por no hablar de los madrugones que te pegas. En mi caso, trabajo por las mañanas y voy a la universidad por las tardes, salgo de mi casa a las 7h y no regreso hasta pasadas las 22h. Ponte a hacer trabajos para el día siguiente, cena, dúchate... Vamos, que me meten en un rodaje de 'The Walking Dead' y paso totalmente desapercibida.

Mi entrada de hoy va dedicada a mi trabajo. ¡Hoy, 2 de agosto, hace un año que entré en la empresa donde estoy! Madre mía, cómo pasa el tiempo... La ocasión llegó por pura casualidad, cuando menos lo esperaba... Decidí seguir las señales del destino, y aquí estoy, un años más tarde, escribiendo en mi blog sobre ello.


Me dedico a atender llamadas en el departamento de Atención al Cliente de una compañía eléctrica. Sí, "no es de lo mio", pero decidme una cosa ¿quién, hoy en día, trabaja "de lo suyo"? Poquísimos... has de tener mucha suerte en esta vida. Por mucho que te esfuerces por conseguir tu futuro deseado, rara vez lo vas a conseguir, seamos realistas... Y menos en mi mundillo del audiovisual, pero eso ya será otra entrada aparte. Eso sí, nunca has de dejar de luchar por tus sueños.


Dejando de lado este venazo de realidad que me ha entrado de repente, he de admitir que, a pesar de "no ser de lo mio", quizá entrar aquí fue una de las mejores decisiones de mi vida de la que no me arrepiento de nada. Doy gracias todos los días por ello.


No voy a negar que las primeras semanas no fueran duras. Entré, y todo el mundo se iba o estaba de vacaciones. Así que imaginaros ser los nuevos, no tener ni idea, y que encima os dejen prácticamente solos... pues eso. Pero sobreviví. Los primeros días se me pasaban súper lentos. Encima, toda mi familia estaba de vacaciones por lo que estaba totalmente sola en Madrid al llegar a casa, y se me hizo muuuuuy pero que muy cuesta arriba. Con deciros que llegaba y me encerraba en el baño a llorar del agobio y lo perdida que estaba, podéis haceros una idea...

Hubo quien apareció como ángel caído del cielo (cayó lejos, en Barcelona, pero cayó) para hacerme los días más amenos y divertidos cuando estaba sola (aunque luego ese "ángel caído del cielo" se marchó a Boston y le odiaré hasta el último de mis días, aunque en el fondo, pero muy en el fondo de mi corazón, le tengo cariño. Pero muy en el fondo). Pero eso sí, en todo momento me sentí muy arropada y muy querida por tod@s y cada un@ de mis compañer@s, sin excluir a nadie... y no dudaron en echarme una mano siempre que lo necesitaba (osea, siempre, jeje). Como al principio estuve prácticamente sola, gran parte de lo que he aprendido fue con mucho esfuerzo y llevándome muchos palos, partiendo de la formación básica que tuve en 2 días.


Pero fueron pasando los días, y las semanas... y así hasta llegar hoy al año. No sabéis la de experiencias que se pueden vivir a través del teléfono, la de gente con la que hablas al cabo del día y la de historias diferentes que te llegan a contar, muchas graciosas o otras muchas no tanto. Solo os digo que, por favor, cada vez que llaméis por teléfono, lo hagáis educadamente ;)


Y ahora, un año después, me despierto cada mañana con ganas de venir a la oficina. No es que me apasione trabajar (¿a quién le apasiona madrugar para trabajar?), sino por ver a mis compañer@s. Pocas personas son las que van con ganas todos los días a trabajar, y yo soy una de ellas. Los ratos de oficina con ell@s valen más que mil llamadas complicadas, valen oro. Somos una familia. Y es que hemos compartido mil momentos junt@s, tanto buenos como malos, y siempre nos hemos apoyado.

Compañer@s de Madrid


Hemos llorado, pero sobretodo hemos reído. Zipi encontró a Zape (Mario), con el que se puso a hablar de gatos. Cada mañana, a las 9 en punto de la mañana, las risas ya están aseguradas a su lado. Y en el de Sheila, Silvia, Rosa y Mar. Incluso en la distancia (tenemos oficinas en Madrid y en Barcelona), llegamos a compartir buenos ratos, con algunas incluso compartimos concierto (Lauri, Laura), piscina, oficina (Roser y Sandra), fiestas (Jenny) y hasta la vida (Rakel).

Compañeras de Barcelona

Hoy mi blog va dedicado a todas y cada una de vosotras, mis chicas (y Mario, jeje). Gracias por este primer año tan maravilloso a vuestro lado. Firmaría por trabajar muchísimos años más en algo que "no es lo mio", siempre que sea a vuestro lado❤

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